Las bolsas siguen siendo un medio perfecto para que los pequeños negocios se publiciten

Los últimos tiempos han sido, quizá, los más duros para las empresas desde hace por lo menos un siglo. Hemos empalmado prácticamente una crisis, la del 2008, que fue durísima y que dejó a más de cinco millones de españoles sin trabajo, con otra que no ha sido nada agradable, como la del coronavirus. No nos habíamos terminado de recuperar de la primera cuando ha venido la segunda, que no es que haya hecho que se reduzcan las ventas, sino que directamente desaparezcan a causa del confinamiento al que nos vimos sometidos de marzo a junio de 2020.

Para una persona que disponga de una empresa, tantos años de incertidumbre no pueden traer nada nuevo. Obviamente, tiene el doble de mérito mantenerse en un mercado si, además, somos una entidad de pequeño o mediano tamaño, lo que conocemos como una pyme. Son este tipo de empresas las que más notan la llegada de las crisis económicas por el simple hecho de que son las primeras que desaparecen. Las grandes tienen un colchón mucho más grande y tienen una mayor movilidad y reorientación de estrategias. Cuando eso no se tiene, como es en el caso de las pequeñas empresas, un mes malo puede arruinar un negocio.

Hay quien dice que es en momentos así donde hay que ser más partidarios de una ayuda como la que facilita la publicidad. La manera de enfrentarse a una crisis es intentar ser más conservador en el gasto o procurar elevarlo para ganar posición en un mercado en el que, casi con total seguridad, alguna de las empresas de nuestra competencia pueda desaparecer. Si somos conservadores, perdemos imagen de marca y visibilidad. Si somos un poco más atrevidos, no cabe duda de que seguiremos siendo una opción para nuestro público objetivo.

Como es lógico, no estamos animando a nadie a que sea suicida. No podemos invertir un millón de euros en publicidad cuando solo disponemos de 200.000, por ejemplo. Pero lo que ha venido sucediendo en pequeñas empresas españolas, donde la inversión en publicidad en muchos casos ha sido igual a 0, es lo que no puede suceder en ningún caso porque conduce al desastre de una manera directa y, en cada vez mayor medida, rápida. Eso es lo que hay que hacer ver, ya que es esto lo que nos puede ayudar no solo a reflotar nuestra entidad, sino la economía en general.

Hay una manera ingente de invertir en publicidad. Todo depende de cada negocio. No siempre es óptimo destinar miles de euros a aparecer en los motores de búsqueda de Google, sobre todo si somos una pequeña tienda de barrio. A veces, la publicidad se palpa en simples detalles. Por poner un ejemplo, insertar nuestro logotipo en una bolsa es una manera de publicitarnos de un modo efectivo (ya que ese soporte es bastante visible y es reutilizable) y barato. Ese ha sido el motivo por el cual, según lo que nos han contado desde Zoloplast, ha crecido la demanda de bolsas de todo tipo entre pequeños negocios.

No hay margen para la relajación 

Relajarse en el mundo empresarial implica perder oportunidades y dejar abierta la posibilidad de que lo que antes era rentable deje de serlo a corto plazo. Por eso hay que estar vivos en todo momento, pendiente de las tendencias de nuestro sector. Aunque estemos en un mercado en el que tenemos poca competencia, hay que apostar por la publicidad que más nos convenga. Si no lo hacemos, tarde o temprano tendremos a alguien que venda lo mismo que nosotros y que sí que invierta una cantidad determinada en marketing. Si es así, ya nos habrá metido un gol, ya estaremos por detrás en el marcador.

Es cierto que, como indica la noticia que os vamos a enlazar ahora y que pertenece a la web marketing4food, las empresas adquieren esa conciencia publicitaria cuando tienen a alguien que les atosiga, cuando tienen a alguien que compite por lo mismo que ellas. Nosotros creemos que no hay que esperar tanto para ello, que la publicidad debe ser algo que siempre debemos mantener vivo. ¿Quién nos dice que no hay una persona que desea obtener productos como los que vendemos pero que no sabe que existimos?

Vemos lógico que se incremente la inversión en publicidad cuando hay una empresa que nos hace la competencia, pero no por ello nuestro gasto en marketing tiene que ser igual a 0 cuando vemos el camino despejado. O cuando hay crisis. La economía no funciona así para nadie. La forma de medirlo no es gastar mucho o poco, sino gastar bien o mal. Esa es la cuestión. Y se puede gastar bien y poco. Ya sabemos que lo barato sale caro muchas veces.

 

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