Todo aquel que esté familiarizado con el mundo de la cirugía estética y la salud habrá visto como, en los últimos meses, han surgido una serie de noticias en las que se expresaba una insatisfacción por la seguridad del ácido hialurónico. Lo cierto es que estas noticias son reales, pero hoy vamos a ver si el ácido hialurónico es tan malo como nos lo pintan.
El ácido hialurónico es un compuesto que fue aislado en 1934 por los farmacéuticos alemanes Karl Meyer y John Parker. Es una sustancia vítrea derivada de las moléculas del azúcar, y en un principio se extraía de las vacas. Su principal propiedad es la de retener grandes cantidades de agua, y pese a lo que se pueda pensar nuestro propio cuerpo lo produce en pocas cantidades.
Este ácido hialurónico tiene un efecto directo en el envejecimiento natural precisamente por sus propiedades para retener agua y aumentar los niveles de humedad de la piel. Y una buena suplementación del mismo evita que aparezcan las arrugas y manchas en la piel, si bien tras experimentar se empezó a utilizar para dar soporte a la piel.
A partir de la década de los noventa, sobre todo desde finales, el ácido hialurónico empezó a utilizarse en cosmética para el uso que ya conocemos. Su implementación en el terreno de la salud y la cosmética es bien conocido por su capacidad para eliminar arrugas e imperfecciones de la piel.
Si bien al principio el uso del ácido hialurónico era algo caro, con el paso del tiempo los precios han ido bajando hasta ser un producto que puede ser utilizado tras ahorrar un poco. Cada tratamiento cuesta alrededor de unos doscientos a seiscientos euros por vial, y este se puede distribuir a través de diferentes zonas del rostro, que es el lugar donde más se inyecta.
¿Porqué se dice que el ácido hialurónico es inseguro?
Pues bien, en los últimos años ha habido un aumento de la demanda del ácido hialurónico, y esto ha hecho que ciertos expertos hayan puesto su foco en ver si los beneficios del ácido hialurónico son tan ciertos como dicen los estudios científicos, y si estos han ocultado algún dato que sea relevante para la salud.
Y es que hay que tener en cuenta que, actualmente el uso del ácido hialurónico está muy extendido. Antes su uso podría ser algo relativamente poco frecuente, pero en la actualidad llama la atención su uso por parte de población muy joven. El riesgo de que su utilización pueda ser una moda supone una preocupación para una parte del sector médico que expresa su preocupación por su uso indiscriminado y/o abusivo.
Tras contactar con los expertos en infiltración ácido hialurónico de labios de Blanc.clinic, un centro de odontología, cirugía maxilofacial y estética, nos han explicado como se inyecta el ácido hialurónico, en qué casos y cuando el uso puede ser perjudicial para la salud. Y es que parece de sentido común, pero es importante puntualizar que, cualquier tratamiento de tipo estético tiene que ser realizado por un profesional con experiencia que nos individualice el tratamiento y que utilice de productos de gran calidad.
El ácido hialurónico, tal y como hemos comentado, lo produce el cuerpo humano, si bien con el paso de los años la producción va disminuyendo, lo que provoca una pérdida de hidratación que provoca que las arrugas aparezcan. Para muchos esto es un síntoma de envejecimiento que puede provocar efectos psicológicos.
A la hora de realizar estos tratamientos, los expertos de Blanc.clinic inyectan entre unos diez y veinte mililitros de ácido hialurónico en la parte que se desea realzar, y se ven transformaciones impresionantes. Para muchos pacientes que deciden realizarse este tratamiento, esta nueva sensación e imagen, provoca una gran satisfacción, y de ahí muchos suelen repetir el tratamiento en otra parte.
Lo normal es que este efecto desaparezca con el tiempo, de ahí la importancia de volver a realizar el tratamiento cada seis o doce meses. De esta forma el tratamiento surge efecto a lo largo del tiempo, y se disfruta del efecto de este ácido durante plazos mayores. De hecho, se puede complementar con otras técnicas, aunque esto es fruto de otro artículo.
Su uso indiscriminado es lo que ha provocado dudas a algunos expertos medios, ya que se ha detectado en algunos casos que el ácido hialurónico puede establecerse en las zonas tratadas durante un plazo mayor al normal, o incluso puede llegar a moverse a zonas diferentes del rostro (o del lugar donde se inyecte).
Lo cierto es que, las causas que pueden provocar estos efectos secundarios son derivadas generalmente de una mala implementación inicial. Influyen factores varios, tales como una implementación de demasiado ácido hialurónico que produzca hinchazón, la realización de un masaje postratamiento demasiado agresivo, y junto a estos factores le añadimos el efecto de la gravedad que puede producir también efectos secundarios.
El resultado de esta situación es la aparición de bultos o nódulos que pueden llegar a causar una gran insatisfacción e incluso dolor en los pacientes. Y si bien, una acumulación excesiva no es un gran problema, se está empezando a estudiar si se pueden generar problemas mayores como pueden ser tumores.
La importancia de un buen tratamiento inicial
Como vemos, los principales problemas de realizarse un tratamiento de ácido hialurónico están derivados principalmente de un mal tratamiento inicial. De ahí que, elegir a un profesional que tenga una formación y experiencia a la hora de realizar las inyecciones de ácido hialurónico es esencial.
Hay que evitar a toda costa los comentarios o recomendaciones de personas que nos expresan que conocen a alguien que lo hace más barato pero que trabaja “en negro”. Un profesional debe de darte la garantía de que, en caso de que aparezca algún problema por leve que parezca, nos va a dar una solución.
Y también debe de explicarnos cuáles son los efectos secundarios, si los hay, y las características del procedimiento preoperatorio, como del posoperatorio. Porque es necesario mencionar que, a pesar de que la inyección de ácido hialurónico se realice en una única cita por vial (de manera habitual) hay que poner en marcha unos cuidados previos tanto antes como después del tratamiento.
Antes de la cita hay que evitar que nos de el sol en el rostro, así como no beber alcohol los días previos ni posteriores al tratamiento. Tampoco se pueden tomar antiinflamatorios para evitar la aparición de hematomas. La implementación de una crema previa al tratamiento también es interesante, si bien cada especialista tiene su procedimiento a seguir.
Una vez realizado el tratamiento, puede aparecer una pequeña hinchazón debido a la sensibilidad natural de la piel que reacciona tras el tratamiento. Normalmente desaparece a las horas, si bien existen diferentes creman que estabilizan tanto en tratamiento y la piel. Y es necesario evitar que nos de la luz solar en la zona afectada, sobre todo poniendo el foco en evitar los rayos ultravioletas, así como las saunas tanto húmedas como secas. Lo que no se quiere es que la piel sufra un movimiento que pueda afectar al tratamiento.
Por tanto, hemos visto que, en la actualidad el uso de ácido hialurónico es muy habitual, incluso en jóvenes (y esto puede llegar a ser preocupante) Y que, el uso del mismo no es perjudicial para la salud, pero que pueden aparecer efectos secundarios de una mala implementación. La importancia de elegir un buen profesional es clave para un buen resultado.