Iniciar una actividad económica en España implica una serie de trámites legales entre los cuales se encuentra el alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas, más conocido como IAE. Este impuesto, gestionado por la Agencia Tributaria, es obligatorio para todos aquellos que quieran desarrollar una actividad empresarial, profesional o artística, aunque muchas veces esté exento de pago en función del volumen de ingresos o del tipo de entidad. Tradicionalmente, este proceso de alta ha estado vinculado a la presencia física en oficinas administrativas, lo cual suponía una inversión de tiempo considerable, además de la necesidad de adaptarse a horarios de atención al público y de entender una burocracia que, en ocasiones, puede resultar compleja. Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos y a la digitalización de las administraciones públicas, hoy en día es posible realizar este trámite de forma completamente telemática.
La posibilidad de darse de alta en el IAE a través de internet representa una transformación significativa en la relación entre el ciudadano y la administración. El proceso, que puede llevarse a cabo a través de la sede electrónica de la Agencia Tributaria, se ha simplificado notablemente y ahora está al alcance de cualquier persona que disponga de los medios adecuados. Basta con contar con un certificado digital o acceso mediante el sistema Cl@ve para poder acceder al apartado correspondiente y cumplimentar los formularios necesarios, entre ellos el modelo 036 o 037, según el caso. Estos modelos permiten indicar la actividad concreta que se va a desempeñar, el epígrafe correspondiente dentro del IAE y otros datos fiscales relevantes como el lugar de desarrollo de la actividad, el régimen de IVA aplicable o el tipo de facturación previsto.
Este nuevo escenario digital no solo facilita el alta en el IAE, sino que contribuye a agilizar todo el proceso de inicio de actividad, que puede completarse sin necesidad de desplazamientos, en cuestión de minutos y en cualquier momento del día. La sede electrónica está disponible las 24 horas, los 365 días del año, lo que permite adaptar los trámites a la disponibilidad horaria del contribuyente. Además, el portal incluye herramientas interactivas, manuales explicativos y asistentes virtuales que ayudan a entender cada paso del proceso y a evitar errores frecuentes.
Esta facilidad de acceso supone una gran ventaja especialmente para los nuevos autónomos o pequeños emprendedores que desean poner en marcha su negocio con rapidez y sin tener que enfrentarse al peso de una burocracia tradicional. También es un recurso muy valioso para empresas que operan en varias comunidades o que no tienen una ubicación física fija, ya que la vía telemática ofrece una solución centralizada y eficiente para cumplir con las obligaciones fiscales en cualquier parte del país.
No obstante, aunque la tecnología haya hecho posible que el alta en el IAE se pueda gestionar desde casa, sigue siendo fundamental contar con una buena comprensión de los aspectos legales y fiscales asociados a este trámite. Elegir correctamente el epígrafe de actividad, declarar el régimen fiscal adecuado o conocer los posibles beneficios fiscales aplicables son decisiones que pueden tener consecuencias importantes a medio y largo plazo. Por ello, aunque el proceso sea accesible, siempre es recomendable informarse bien o consultar con profesionales antes de formalizarlo.
¿Por qué es aconsejable contar con un asesor cuando se emprende una actividad económica?
Tener a mano un asesor a la hora de emprender una actividad económica es una decisión que puede marcar la diferencia entre comenzar con buen pie o tropezar con las complejidades del entorno legal, fiscal y contable. Emprender no solo implica tener una idea de negocio viable, sino también cumplir con una serie de obligaciones administrativas que muchas veces son desconocidas o malinterpretadas por quienes se lanzan por primera vez al mundo empresarial. En ese sentido, Montse Capellas, directora de Capellas i Associats, nos explica que el papel del asesor es clave, no solo como guía técnica, sino también como figura de confianza que permite al emprendedor centrarse en lo que realmente importa: hacer crecer su proyecto.
Uno de los principales motivos por los que se recomienda contar con un asesor es la seguridad jurídica. Desde el momento en que se inicia una actividad económica, el emprendedor queda sujeto a normas tributarias, laborales, mercantiles y administrativas que deben cumplirse con precisión. Un error al darse de alta en Hacienda, elegir un epígrafe inadecuado, aplicar mal el IVA o no declarar correctamente los ingresos puede derivar en sanciones económicas o en complicaciones legales. Un asesor conoce la legislación vigente y actualiza constantemente su conocimiento para adaptarse a los cambios normativos, lo que garantiza que todos los pasos del negocio estén alineados con la legalidad desde el primer día.
Además, el asesor es fundamental para optimizar los recursos disponibles. Un buen profesional no solo se limita a presentar impuestos, sino que puede ayudar a planificar la fiscalidad del negocio de manera inteligente, buscando deducciones, subvenciones o regímenes especiales que permitan pagar menos dentro del marco legal. También puede orientar sobre la forma jurídica más conveniente (autónomo, sociedad limitada, cooperativa, etc.), dependiendo del tipo de actividad, el volumen de facturación previsto o el número de socios. Esta planificación inicial es determinante para evitar decisiones precipitadas que puedan resultar costosas o difíciles de revertir.
Otro punto a tener en cuenta es la gestión del tiempo. Los emprendedores suelen tener que asumir múltiples funciones al comenzar: atender clientes, desarrollar productos, buscar financiación, gestionar redes sociales y tomar decisiones estratégicas. Encargarse también de la contabilidad, las declaraciones de impuestos, las nóminas o los seguros sociales puede suponer una sobrecarga inasumible. Delegar estas tareas en un asesor libera al emprendedor de una gran carga administrativa y le permite dedicar sus energías a lo que realmente aporta valor a su negocio.