La piel flácida es una de las más temidas consecuencias del paso de los años y de la llegada de una edad cada vez más entrada en la vejez, ya que afecta no solo la apariencia tersa y juvenil de nuero rostro, con la aparición de las tan odiadas arrugas sino también en el resto de nuestro cuerpo al ir reduciendo nuestras formas y músculos, que luego lucirán caídos.
Aunque es verdad que todo es parte del ciclo natural de las cosas y que no debe ser visto como un karma que pese sobre nosotros, tampoco es malo querer mantener una apariencia lo más tersa posible si eso es lo que queremos.
Pensando en esto, hoy en día se cuenta con miles de formas para luchar contra signos como estos. Acompáñanos a conocerlos con la ayuda de unos expertos en tratamientos para el envejecimiento de la piel de Medyglobal.
¿Cómo influye el paso del tiempo en la flacidez?
Lo primero es entender que está pasando con nuestro cuerpo ahora que estamos entrando en la tercera edad.
El paso del tiempo influye de dos maneras importantes en la firmeza de la piel. A medida que nos hacemos mayores cambia la estructura de las diferentes capas de la piel, disminuyendo la capacidad de la piel de sostenerse, su elasticidad y su volumen, y los cuales se ven evidenciados en las zonas de:
- Rostro
- Los bíceps
- El cuello
- Las mejillas
- Las mejillas ya no se ven altas y llenas, sino que parecen más bajitas y desinfladas.
- La mandíbula
- La línea de la mandíbula pierde definición y las comisuras de la boca apuntan hacia abajo en vez de hacia arriba, dando un aspecto más severo a la expresión facial..
- En el cuerpo puede verse una piel menos firme en bíceps, muslos e incluso abdomen, cambiando la silueta.
Factores de riesgo
Además del paso del tiempo, hay otros factores que pueden ayudara la piel flácida y que por supuesto debemos comenzar por evitar si queremos luchar contra ella.
Por ejemplo, el estilo de vida que hayamos llevado hasta el momento, como una dieta poco balanceada, poca tendencia al ejercicio o los productos que utilizamos.
Para comenzar, la alimentación define mucho el aspecto de nuestra piel, siendo que si comemos muchos alimentos procesados, azúcares y grasas, y no consumimos suficientes alimentos frescos y variados, se observan cambios a nivel celular en la piel. Pero, en contra parte, las dietas excesivas también destrozan el aspecto de la piel porque no le dan tiempo a adaptarse a la rápida pérdida de volumen corporal, causando flacidez.
Muy importante hablar de que una vida sedentaria en donde se está desarrollando una estructura muscular poco firme y cuidada afectará la estructura de nuestro cuerpo y la tensión de nuestra piel, al no tener un soporte firme; y es que, por se observan pieles más tonificadas en personas que tienen un sistema muscular y cardiovascular en buen estado.
Pero, también nuestra exposición a ciertos elementos climáticos como el sol. Aunque la luz solar hace maravillas con nuestro tono de piel en verano, resulta que también es la responsable del fotoenvejecimiento cutáneo, es decir, de favorecer la aparición de arrugas, flacidez e incluso cáncer de piel debido a los cambios que la luz solar causa en nuestra estructura celular.
Finalmente, el tabaquismo también lleva a la flacidez, por lo nocivo que resulta el humo de tabaco para su salud. De hecho, es sabido que las pieles de los fumadores son menos firmes y más opacas que la de un no fumador.
¿Cómo podemos prevenir la piel flácida?
L piel flácida no puede curarse, pero si que se pueden tomarse medidas para prevenirse y ayudar un poco a su apariencia, por ejemplo, cuidando los siguientes factores:
- Una buena dieta
- Vida activa
- No fumar
- Hidratarse bien por dentro y por fuera
- Utilizar fotoprotector a lo largo del año.
Para reafirmar la piel flácida también podemos recurrir a ciertos productos diseñados pensando en ello, como cremas, o recurrir a procedimientos no invasivos como láser o radiofrecuencia, o pasar por el quirófano.
Por ejemplo, los productos cosméticos diseñados para tal fin, ayudan a mejorar mucho el aspecto de la piel, sobre todo en el rostro. Estos suelen tener activos hidratantes con activos antiedad que estimulan la renovación de la piel, como en el caso de la glicerina, el ácido hialurónico , el retinol, etc.
No obstante, hablamos de un efecto que va a comenzar a verse después de mucho tiempo de aplicar el producto, que genera un cambio bastante sutil y que depende de la aplicación del producto, siendo que si paramos de echarlo, perdemos su efecto.
Así, mucha gente prefiere acudir a los tratamientos quirúrgicos, tanto invasivos, como no invasivos, que les permitan obtener resultados más inmediatos y definitivos. Así, tenemos procedimientos no quirúrgicos que estimulan la formación de colágeno como el láser, la radiofrecuencia o el ultrasonido, cuyos resultados son mucho más notorios y pueden durar por varios meses.
Pero, sin duda el cambio más radical lo da la cirugía estética. Lo primero es saber si somos idóneos para este tipo de intervenciones, ya que tiene sus excepciones en algunos casos y que tengamos en cuenta las complicaciones que pueden acarrear. Luego, es ponernos en manos de un médico cualificado que sepa llevarlo a cabo.
Veamos a detalle como practicar algunas de estas medidas:
- Yoga facial
No lo creerás pero hay un yoga para cada arte de nuestro cuerpo, y por lo tanto tenemos un yoga enfocado en nuestra cara que utiliza los beneficios de esta práctica de relajación para hacer maravillas con la apariencia de nuestra cara.
Ara Rosón, pionera de esta disciplina, lo explica así: «La constancia en la realización de unos ejercicios -los que ella recomienda- fundamentados en la utilización de la isometría. Es decir, en lugar de mover los músculos faciales como se hacía hasta ahora, los tensamos y mantenemos en esa misma posición durante el tiempo necesario para tonificarlos sin someterlos a un estrés añadido al de su uso en la vida diaria con la gesticulación».
- Entrenamiento
Kelly Batista, entrenadora personal en Arsenal Femenino Madrid, coincide con Riveres en la importancia de cuidar la piel desde dentro para que los beneficios se perciban por fuera. «Hay que comer de una forma equilibrada y saludable, pero dando un protagonismo principal en nuestra dieta a las proteínas. Carnes magras, legumbres y huevos son fundamentales para lucir una piel sana y mantener el tono de los músculos que tonificamos con el ejercicio».
Pero, también hace hincapié que «el deporte, al dar volumen a la masa muscular, es un arma eficaz para volver a tensar una piel desinflada tras una dieta severa, un embarazo o simplemente, por el paso del tiempo.
Lo ideal es empezar por el abdomen, ya que de esa forma activamos el core y realizamos un calentamiento general de todo el cuerpo. Mi recomendación es trabajar con más repeticiones los músculos potentes, es decir, abdominales, piernas y glúteos… Adoptar una buena postura en nuestra vida diaria también resulta clave».
Recordemos que no solo es una cuestión de sentirnos y vernos bien por fuera, sino también por dentro al sentir que nos cuidamos, nos tratamos bien, nos estamos regalando una vida saludable y activa y estamos haciendo algo por ser quienes queremos ser.
- Cambio de hábitos
La recuperación de elasticidad de la piel es «un proceso largo, que requiere esfuerzo, paciencia, ganas, constancia y motivación extra», apunta Elisa Riveres, entrenadora personal y fundadora de KA NOI, empresa dedicada al wellness&training. A pesar de que el entrenamiento físico es esencial «para tonificar y mejorar la flacidez muscular», la mejoras sólo se percibirán si el trabajo en el gimnasio va acompañado de un cambio de chip general.
Así comenta pra una entrevista con el medio El Mundo: «Es fundamental llevar una alimentación saludable, hidratarse adecuadamente y evitar esas dietas drásticas que hacen perder mucho peso en periodos cortos de tiempo. El tabaco, obviamente, ni tocarlo». Si además de introducir todos estos cambios, se tiene «la suerte de poder someterse a tratamientos complementarios médico-estéticos y utilizar productos cosméticos de calidad», la epidermis experimentará «un cambio a mejor, sin duda»
- Una rutina de cuidado corporal
Finalmente, hablaremos de la forma en la que cuidamos nuestra piel y los productos que utilizamos. Es decir, hablaremos de nuestra rutina de cuidado corporal diaria.
Una correcta hidratación de la piel es la clave indispensable para una piel tersa y lisa. Por lo que, además de aplicar una crema corporal a diario, debes usar otros productos que ayudan a reafirmar la piel, combinados con un buen hidratante corporal.
Por ejemplo, puedes usar un reductor anticelulítico que tenga activos que sean buenos para alisar la textura de la piel, frenar la aparición de celulitis y reafirmar muslos y glúteos. Lo mismo hay que hacerlo entonces con el abdomen, e incluso, con los senos en el caso de la mujeres, con productos pensados para reafirmar la piel de esta zona del cuerpo y aportarles volumen, consiguiendo hacer frente a la caída y la pérdida de elasticidad natural que sufren los senos con el paso del tiempo.