Mitos y verdades sobre la salud dental

Sonrisa

La salud dental está cada vez más presente en nuestras vidas. Gracias a los avances en odontología y a una mayor concienciación, muchas personas entienden la importancia que tiene cuidar de la salud de su boca. Sin embargo, aunque estemos viviendo en un mundo saturado de información, la desinformación también está a la orden del día. Es común encontrar personas que se guían por mitos o creencias erróneas sobre el cuidado dental, basándose en vídeos, artículos o recomendaciones poco confiables.

Aquí vamos a analizar cinco de las creencias más extendidas sobre la salud dental. Vamos a separar los mitos de las verdades y a esclarecer de una vez por todas estas creencias tan extendidas.

 

  1. ¿Es necesario que te prescriban antibiótico tras cualquier extracción dental?

Mito o realidad: Mito.

Muchas personas piensan que siempre se necesita antibiótico después de una extracción dental para prevenir infecciones, pero esta no es una regla general. La prescripción de antibióticos depende de varios factores específicos relacionados con el paciente y el procedimiento.

Según la American Dental Association (ADA), los antibióticos solo son necesarios en casos específicos, como en pacientes con riesgo de infecciones graves (por ejemplo, aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos, prótesis cardíacas o antecedentes de endocarditis). En extracciones sencillas en pacientes sanos, una buena higiene postoperatoria suele ser suficiente para evitar infecciones.

El mito puede venir de una práctica común en el pasado, cuando se recetaban antibióticos de manera rutinaria tras cualquier intervención quirúrgica. Sin embargo, el uso excesivo de antibióticos ha llevado al desarrollo de resistencias bacterianas, lo que ha obligado a los profesionales a ser más cautelosos.

Un estudio publicado en The Journal of the American Dental Association (JADA) concluyó que no hay beneficios significativos en recetar antibióticos de forma sistemática tras extracciones dentales en pacientes sin factores de riesgo. Lo más importante es seguir las recomendaciones del dentista respecto a la limpieza y cuidados después de la intervención.

 

  1. Los implantes dentales en edades avanzadas solo dañan la mandíbula y no duran mucho

Mito o realidad: Mito.

Esta creencia de que los implantes dentales no son recomendables en personas mayores porque supuestamente dañan el hueso de la mandíbula o tienen poca duración está lejos de ser cierta. De hecho, la edad avanzada no es una contraindicación para recibir implantes dentales, siempre y cuando el paciente cumpla con ciertos requisitos de salud.

El proceso de colocación de implantes dentales implica la integración del implante (generalmente de titanio) con el hueso de la mandíbula, un proceso conocido como osteointegración. Esto no solo no daña el hueso, sino que, en muchos casos, ayuda a preservar la estructura ósea al evitar la reabsorción ósea, un fenómeno común tras la pérdida de dientes.

Un estudio publicado en Clinical Oral Implants Research demostró que los implantes dentales tienen una alta tasa de éxito en personas mayores de 65 años, con una duración media de 10 a 15 años o más, siempre que se mantengan adecuadamente.

La clave está en la evaluación previa: el dentista debe valorar la calidad y cantidad de hueso disponible, así como la salud general del paciente. Si bien la osteoporosis u otras condiciones pueden ser un problema, no son impedimentos absolutos.

 

  1. ¿Es cierto que los dientes vuelven a su lugar después de finalizar la ortodoncia?

Mito o realidad: Verdadero, si no usas retenedores.

Para aclarar esta duda, consultamos con CKA Grupo Dental, una clínica dental especializada en implantes dentales en Alcorcón y ortodoncia. Según sus expertos, una vez que finaliza el tratamiento de ortodoncia, los dientes tienen una tendencia natural a moverse nuevamente hacia sus posiciones originales. Este fenómeno se llama “recidiva” y es completamente normal debido a la memoria de los tejidos que rodean los dientes.

El uso de retenedores es esencial para mantener los dientes en su nueva posición. Hay dos tipos principales de retenedores: fijos (un alambre colocado detrás de los dientes) y removibles (placas de acrílico o transparentes). Ambos son efectivos siempre que se usen según las indicaciones del ortodoncista.

¿Por qué existe este mito? Muchas personas terminan su ortodoncia y no usan los retenedores de forma consistente, lo que lleva al movimiento dental. Estudios publicados en The Angle Orthodontist respaldan la importancia del uso prolongado de retenedores para evitar la reincidencia. Por lo tanto, la respuesta no depende de la ortodoncia en sí, sino del compromiso del paciente para mantener los resultados.

 

  1. ¿Comer mucho azúcar causa caries, aunque mantengas una buena higiene bucal?

Mito o realidad: Parcialmente cierto.

El azúcar no es directamente responsable de las caries, pero sí juega un papel fundamental en su formación. Las caries son causadas por bacterias en la boca que se alimentan de azúcares y producen ácidos que erosionan el esmalte dental. Por lo tanto, cuanto más azúcar consuma, más alimento tendrán las bacterias para producir estos ácidos.

Sin embargo, si mantienes una excelente higiene bucal, puedes reducir significativamente el riesgo de caries, incluso si consumes azúcar. Cepillarte los dientes después de las comidas, usar hilo dental y realizar limpiezas dentales regulares pueden minimizar los efectos del azúcar.

Un estudio publicado en The Lancet señaló que no es solo la cantidad de azúcar, sino la frecuencia con la que se consume lo que aumenta el riesgo de caries. Por ejemplo, tomar bebidas azucaradas a lo largo del día expone constantemente tus dientes al ácido, aumentando el riesgo de daño.

Por lo tanto, aunque el azúcar no es el único culpable, reducir su consumo, en combinación con buenos hábitos de higiene, es la mejor manera de prevenir la caries.

 

  1. ¿Siempre deben extraerse las muelas del juicio si te salen?

Mito o realidad: Mito.

Aunque es común pensar que las muelas del juicio siempre deben ser extraídas, esta no es una regla universal. La extracción de estas piezas dentales solo es necesaria si están causando problemas o tienen el potencial de hacerlo.

Según la Asociación Americana de Cirujanos Orales y Maxilofaciales (AAOMS), las muelas del juicio deben extraerse si:

  • Están impactadas (es decir, no han salido completamente y pueden dañar otros dientes).
  • Están provocando dolor, infecciones recurrentes o quistes.
  • Están contribuyendo a la formación de caries en los dientes vecinos debido a la dificultad de limpieza.

Sin embargo, si las muelas del juicio están completamente erupcionadas, alineadas correctamente y no causan molestias, no hay necesidad de retirarlas. Este mito probablemente surgió de la recomendación preventiva común en décadas pasadas, cuando se extraían las muelas del juicio incluso si no representaban un problema inmediato.

Actualmente, los dentistas evalúan cada caso de manera individual y priorizan las decisiones basadas en la salud del paciente y no en protocolos generalizados.

 

Una de regalo:

  1. ¿Cuanto más pica el enjuague bucal, más efectivo es contra las bacterias?

Mito o realidad: Mito.

Es común asociar la intensidad del picor o ardor de un enjuague bucal con su eficacia, pero esto no es necesariamente cierto. Esa sensación de «picor» proviene de ingredientes como el alcohol, los aceites esenciales o ciertos sabores intensos, y aunque algunos de estos componentes tienen propiedades antimicrobianas, su presencia no garantiza una mayor efectividad.

El alcohol, por ejemplo, es un ingrediente que se encuentra en muchos enjuagues bucales y puede actuar como conservante o desinfectante. Sin embargo, según la American Dental Association (ADA), no es imprescindible para la eficacia del producto. De hecho, los enjuagues bucales sin alcohol pueden ser iguales a efectivos y, en muchos casos, menos irritantes, especialmente para personas con boca seca o encías sensibles.

La clave para un enjuague bucal efectivo está en su formulación. Ingredientes activos como el cloruro de cetilpiridinio (CPC), el fluoruro, la clorhexidina o los aceites esenciales tienen propiedades científicamente comprobadas para reducir la placa y combatir las bacterias. La sensación de frescor o ardor es más una cuestión de percepción que de eficacia real.

Un estudio publicado en el Journal of Clinical Periodontology comparó enjuagues bucales con y sin alcohol y encontró que ambos pueden ser igualmente efectivos en la reducción de placa bacteriana.

Así que no te dejes engañar: que un enjuague bucal pique no significa que sea mejor. Elige productos aprobados por organismos de salud y que se adaptan a tus necesidades, y consulta a tu dentista con recomendaciones personalizadas.

 

Ahora las dudas están resueltas

Recuerda que informarte y consultar a un profesional siempre es la mejor manera de garantizar que estás cuidando tu boca adecuadamente.  No te quedes con lo que digan los vídeos o las publicaciones de las redes sociales. La mayoría de ellas las hacen personas que no son profesionales y que simplemente se han informado por alguna otra publicación. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos perfiles solo buscan publicar contenidos para obtener los máximos likes y seguidores posibles y, por tanto, no se esforzarán por publicar cosas verídicas sino cosas que generen cierto impacto u atención.

En ámbitos de salud general, no te puedes conformar con cualquier cosa que veas por ahí. Así que no te quedes con los mitos: consulta, aprende y actúa con conocimiento. ¡Tu sonrisa te lo agradecerá!

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