Está claro que la tecnología ha hecho que cambie por completo todo lo que tiene que ver con el mundo empresarial. Durante este confinamiento hemos visto cómo mucha gente se ha marchado a teletrabajar desde casa, un asunto que ha sido posible gracias a esa apuesta por la tecnología. De hecho, son muchas las personas que, todavía, están trabajando desde casa y que van a permanecer así durante los próximos meses hasta que la amenaza del virus se haya marchado por completo, algo para lo que quedan, al menos, unos cuantos meses más.
Sin embargo, creemos necesario poner en valor lo importante que es el trabajo presencial. Es evidente que hay que evitarlo mientras las medidas de seguridad así lo aconsejen. Pero, en la medida de lo que se pueda, hay que retomar este trabajo porque es mucho más eficaz y eficiente. Y es que no es lo mismo tener a nuestros compañeros y compañeras al lado que tener que estar pendientes de una aplicación informática, del buen funcionamiento de nuestra red o del teléfono. Seguro que muchas de las personas que hayáis teletrabajado esta primavera o que lo sigáis haciendo sabéis bien de lo que hablamos.
El trabajo en oficina es, en resumidas cuentas, necesario. Y lo es desde un punto de vista organizativo, pero también desde una mentalidad publicitaria. Disponer de un edificio que cuente con nuestra imagen corporativa es algo que «vende» y no solo ante nuestros clientes, sino también ante nuestros proveedores, que en muchos casos suelen acudir hasta nuestras instalaciones para mantener reuniones con los diferentes equipos, ya sean de Dirección o no. El caso es que el trabajo presencial siempre resulta útil por algún motivo. Y el de la mejora de la imagen corporativa es uno de los que no se suelen tener en cuenta.
El portal web Eje Prime aseguraba en una de sus noticias que España estaba viviendo todo un ‘boom’ de las sedes corporativas. Y es que los dirigentes de muchas de las empresas que operan en nuestro país son plenamente conscientes de que disponer de unas oficinas es ideal para asegurar la eficiencia en el trabajo y también de potenciar una imagen de marca que se ve reforzada con todos los elementos que componen esas sedes y que las convierten en visibles para proveedores, clientes y otros grupos de población.
Es precisamente por este asunto por lo que no paran de crecer los edificios de oficinas corporativas. Una de las ciudades que más lo ha notado ha sido la de Barcelona, una urbe que, desde luego, bien podría ser considerada como la gran urbe financiera de nuestro país con el obvio permiso de Madrid. Y es que Barcelona es una ciudad que tiene un poder económico increíble no solo en lo que tiene que ver con España, sino también en lo que respecta a Europa. Eso es digno de mención y coloca a la Ciudad Condal a la vanguardia de todo lo que tiene que ver con la economía del Viejo Continente.
Tanta es la potencia de Barcelona a este respecto que el mercado de oficinas en la Ciudad Condal creció un 4% en lo que tuvo que ver con el año 2017. Absorbió, en total, 343.426 metros cuadrados, lo que nos ofrece una idea de la increíble apuesta por las sedes corporativas en la capital barcelonesa. Desde luego, es un dato que pone de manifiesto que no solo existe el teletrabajo en este mundo y que una sede física puede tener muy buenos resultados para la eficacia del trabajo conjunto que desempeñan los empleados de una empresa.
Nada habla mejor de una empresa que las propias instalaciones que maneja y en las que trabaja. Por eso sigue siendo necesario disponer de una sede corporativa a pesar de que el teletrabajo parece estar imponiéndose poco a poco en nuestra sociedad. Los profesionales de una entidad como lo es Real Estate, dedicados al alquiler de oficinas en una ciudad como lo es Barcelona, nos han comentado que la mayoría de las empresas que buscan este tipo de espacios le dan una imortancia tremenda a la imagen que pueden llegar a construir de su marca gracias a su sede central.
Un modelo de marketing extendido en todo el mundo
Hemos hablado de la idoneidad de este tipo de inversiones centrándonos en España y, más en concreto, en una ciudad como lo es Barcelona, pero lo cierto es que no cabe la menor duda de que el modelo de marketing del que hemos hablando se ha extendido por todo el mundo, siendo habitual en las más grandes urbes de todo el mundo. Una sede corporativa es la mejor carta de presentación de la que podemos hacer gala como empresa y, como es lógico, es ideal mantenerla cuidada y que llame la atención de propios y extraños.