España es una verdadera potencia en materia vinícola, así como en otros muchos campos relacionados con la alimentación. Tenemos una gastronomía que es la envidia de Europa y de buena parte del mundo y, con el paso de los años, hemos aprendido a exportar nuestros productos y también nuestro talento. Podría decirse, sin ninguna duda, que formamos parte de la élite de países que saca un mayor rendimiento a los productos típicos de su gastronomía. Y eso dice mucho de las ganas que tenemos de que el resto del mundo conozca nuestros productos.
En España somos expertos en todo lo que tiene que ver con el vino. Llevamos siglos sacando partido de las uvas que nos proporciona nuestra tierra, hasta tal punto de que ese ha sido uno de nuestros puntos fuertes en materia gastronómica y también de imagen. No solo producimos mucho vino, sino que, además, estamos hablando de un vino de calidad, capaz de sorprender a los paladares más exigentes y variopintos del mundo. Por eso nuestros caldos llegan a lugares tan diferentes como lo son Estados Unidos o China. Y es un orgullo que así sea.
En 2018, creció de una manera exponencial la producción de vino en el interior de nuestras fronteras. En concreto, y según lo que apuntaba la noticia que os enlazamos a continuación y que es propiedad del portal web Vinetur, rozamos los 5.000 millones de litros, lo que aumentaba en más de un 10% la producción de este tipo de producto en el interior de nuestras fronteras en comparación con los años anteriores. Si además de calidad y prestigio obtenemos cantidad, parece obvio el motivo por el que el vino español siguió ganando popularidad en los años que han precedido a la pandemia.
Los datos que nos proporciona el portal web Statista acerca de la producción mundial del vino también son realmente interesantes. El medio asegura que la producción anual es de 260 millones de hectolitros, mientras que el consumo es de 224 millones de hectolitros. Hay un excedente de producción que podría ser peligroso para países como el nuestro, que tienen tantos kilómetros cuadrados de vid y que generan tanto vino. Pero la realidad es bien diferente, porque Portugal es el país del mundo en el que más vino se consume y buena parte de él nos lo compra a nosotros.
Las empresas españolas que tienen algo que ver con el vino gozan de una popularidad y una reputación realmente interesante. Podríamos decir que es la mejor de la que han gozado nunca. Los profesionales de Vicave están de acuerdo con nuestra hipótesis porque, en función de los datos que manejan, el vino español es uno de los que más valoran todas aquellas personas que son consumidoras habituales de vino (personas de cualquier nacionalidad, no solo la española). Esa es una noticia que nos indica que estamos haciendo bien las cosas en España y que nuestras empresas vinícolas tienen un posicionamiento en el mercado que es prácticamente inmejorable.
Cuidar de lo nuestro es imprescindible
Vivimos en un mundo que está globalizado, esa es una realidad de la que ya no nos podemos desprender y que, en términos generales, es positiva para el ser humano. Sin embargo, hay algunos errores en los que incurrimos las personas y que debemos corregir. La globalización no implica que lo que no es de nuestro país sea mejor. Siempre solemos prestar más atención a un producto que viene de Estados Unidos, por poner un ejemplo, a uno que ha podido ser elaborado en La Rioja o en La Mancha. Y eso es un error, sobre todo si continuamos hablando de un producto como el vino.
Apostar por el producto nacional es algo necesario para el buen funcionamiento de la economía de un país. Pero claro, esa economía tiene que ser capaz de generar productos de calidad. Nosotros estamos convencidos de que, en España, se generan productos de la máxima calidad. Y un buen ejemplo es, una vez más, el que atañe al mercado vinícola. Por tanto, los consumidores tenemos que hacer el resto del trabajo y ofrecer nuestra confianza a los productores locales y nacionales de vino, porque sus productos son los mejores del mundo y los tenemos a mano.
A nadie le cabe la menor duda de que el negocio del que hemos venido hablando tiene todo el futuro del mundo en nuestro país. Los españoles somos amantes del buen vino, lo hemos sido siempre y lo vamos a seguir siendo. Es una cuestión relacionada con la tradición, con la cultura, con el arraigo a nuestra tierra. Son cosas que no pueden cambiar y que debemos conservar por encima de todas las cosas. De ello dependerá la futura popularidad de los negocios españoles dedicados a la industria del vino, una industria clave para entender el funcionamiento de la economía de nuestro país.