Está claro que en este nuevo siglo todo ha cambiado. Las formas de comunicación han cambiado, las de transportes también, nuestras relaciones de personales han hecho lo propio, en gran medida por culpa de las nuevas tecnologías. Y al periodismo le ha ocurrido lo mismo. Nadie tiene que ver la forma de informar que se vive ahora que la que se hacía en los años 80 o incluso a comienzos de siglo. El Internet lo ha cambiado todo.
Soy de los que pienso que el papel, es decir, los periódicos de toda la vida van a desaparecer. Ya se está comprobando. Las tiradas de los grandes periódicos de este país han caído de manera impresionante. Ya no son los números que se hacían hace años. Y es que hay una imagen que lo dice todo. Ya no se ve a nadie con el periódico debajo del brazo. Ahora todo se lee por Internet. Y lo mismo ocurre con los bares, donde tras la pandemia han decidido no comprar los periódicos. Y como guinda, siempre pongo el mismo ejemplo. Tengo seis sobrinos que van desde los 30 años a los 15. Una franja de edad de 15 años. Pues bien, ni uno de ellos, ni de ellas, han comprado un periódico en su vida. En mi caso, recuerdo cuando tenía esa edad y la verdad es que todos los días intentaba leer un periódico, incluso me iba a la biblioteca a hacerlo. Además, comprarme con mis ahorros los periódicos deportivos cuando llegaban con algo especial. Algunos todavía los conservo y se han convertido en una obra de arte. Creo que en unos años se convertirán en reliquias.
Por vocación
Pienso que la profesión del periodista va en la sangre. En mi caso llevo ya más de 20 años y creo que todo ha cambiado. Y por suerte, yo me he sabido reinventar y amoldarme a los nuevos tiempos, algo que muchos de mis compañeros no han sabido hacer y ahora lo están pasando mal. Comencé en los años 2000 en un periódico local en la sección de deportes. Mi trabajo consistía en realizar un suplemento de deporte base y deporte amateur para que todos los niños y niñas que hagan deporte se vieran en las páginas del periódico. Y la verdad es que tenía mucho tirón porque los padres querían ver a sus hijos como si fueran las grandes estrellas de todos los deportes. La pregunta, ¿esto cuando sale? Era la más escuchada por mí cuando iba a los campos de fútbol base.
Pues bien, hoy en día eso ya no existe. Ya no existe ese suplemento porque se ha ido perdiendo todo. Ahora a los padres ya no les interesa ver a sus hijos en los periódicos solo quieren verlos en las redes sociales. Si mete cuatro goles, hace un vídeo y el papá de turno ya se encarga de subirlo para hacer postureo. Además, en estos suplementos se insertaban los horarios de todos los encuentros para el fin de semana, pues también ha desparecido porque ahora eso se mira por la aplicación del móvil o en la página web de la federación o de cada club.
Luego estuve trabajando en un periódico gratuito, que es cierto que parecía que era el futuro, pero tampoco. El papel sigue siendo muy caro y los anunciantes no quieren esta forma de publicitarse. Y es que Internet lo ha cambiado todo. Las empresas ahora quieren que les hagas un reportaje que se convierta en viral Algo así como “El mejor queso del mundo se hace en….”Es algo que es directo y que llama la atención. Es buscar el famoso click bait. El que da visitas.
Periodista orquesta
Y yo creo que me he sabido subir al tren en el momento justo porque desde hace dos años trabajo en un medio totalmente digital. Y por supuesto que la forma de trabajar es completamente diferente. Por ejemplo ahora entro a las 9 de la mañana, fichando con un programa que se llamaba Track People, para que los jefas tengan un control de todos nosotros. Y luego la información se trata de otra manera, decimos adiós al periodismo antiguo de ver una cosa y contarla un día después para los lectores.
Ahora prima lo inmediato. El conseguir que llegue antes al lector. Y eso es verdad que hacer que el periodismo sea menos reflexivo, pero también hace que el periodista coja mucha más soltura y sea multimedia. Porque ahora en mi caso tengo que hacer las fotos, vídeos y subirlo a la web. Y por supuesto, y ya lo habrás visto, se busca llamar la atención del lector con mensajes directos, llamativos e incluso sugerentes. En este caso se llama la tiranía del click.